Escuela, conceptos (inclúyase salud)
¿Por qué la escuela?
Por María Julia Vernieri
El debate pedagógico de los últimos años sobre los fines de la escuela como institución, ha considerado como urgente la necesidad de incorporar en el currículum escolar la formación en valores.
Se podría decir que desde hace ya algunos años se han evidenciado en todo el mundo, movimientos que se preocupan y ocupan por la formación en valores y la promoción de la paz.
Quizás, el interés mundial sobre estos temas surja como un modo de encontrar respuestas al porqué de tanto egoísmo, de tanta indiferencia al “no me importa” como un modo de dar respuesta a todos y cada uno de los actos violentos que día a día nos paralizan y nos llenan de miedo.
Pero, ¿por qué la escuela?
La escuela considerada hoy como centro de aprendizajes para la vida, es el ámbito primordial donde podemos encontrar concentraciones de niños, jóvenes y adultos para poder investigar y crear estrategias para el cambio.
Enmarcadas las instituciones escolares dentro de ambientes más amplios y complejos, nos brindan la posibilidad de “atender”, en un interjuego dialéctico y constante, a las necesidades que la sociedad particular nos demanda.
Muchas veces la escuela es generadora de proyectos comunitarios, y como parte de la red social a la cual pertenece, también es motor depropuestas de mejoramiento constante.
Aún hoy, en medio de tanta confusión, la escuela y sus integrantes viven preocupados en la capacitación permanente, para poder dar respuestas a los interrogantes que les despierta la situación conflictiva de la realidad.
Esta es la ocasión, esta es la disyuntiva: tomar los emergentes conflictivos como una oportunidad para el aprendizaje y el cambio o quedarse empantanados en el lamento por los obstáculos cotidianos que nos paralizan.
Frente a los cambios constantes que la vida misma nos depara, cambios vertiginosos en la cosmovisión, en los paradigmas, en las reglas de juego, en las demandas personales y sociales, en la situación internacional etc., hay una incesante necesidad de estar ampliamente atentos y conscientes. Esto es fundamental para poder acompañarlos y no sucumbir en el caos de la desesperanza y la oscuridad y la escuela obviamente no puede mantenerse ajena.
Esta celeridad en la adaptación a los cambios hace que muchas veces se pierdan en el camino datos necesarios a tomar en cuenta por el observador. Mirar no siempre es descubrir. A veces es necesario una mirada más lejana o distante para poder objetivar aquello que sería bueno ordenar y/o transformar.
La calidad de la educación está íntimamente relacionada con la capacidad que tiene una institución para tomar decisiones en función de indicadores y resultados.
Si pensamos cómo han sido hasta hoy los resultados de la enseñanza y el aprendizaje en las escuelas, llegamos rápidamente a la conclusión de que la institución escolar no está entrenada (y superada por los acontecimientos inmediatos) para visualizar claramente esos indicios, ni para generar espacios de reflexión, ni para tomarse el tiempo necesario para “poder ver”, ni para construir redes, tácticas y estrategias que favorezcan elmejoramiento de la calidad de vida de su comunidad.
¿Es entonces la escuela un ámbito de transformación, o un ámbito a transformar?
Este interrogante es un tema a debatir en nuestras instituciones, por cada uno de los integrantesque la componen: cada uno en su posible individualidad y en su inclusión comunitaria debe reflexionar acerca de si su escuela es un organismo competente para facilitar la transformación de los sujetos.
Hasta hoy enseñar a los alumnos a vivir mejor, no fue un objetivo explícito de ninguna escuela.
Al terminar la escuela básica en la actualidad, son pocos los adolescentes que han realizado aprendizajes realmente significativos, sin embargo durante años la institución escolar invirtió y malgastó un caudal de energías importantísimo sin poder llegar al que creemos debería ser su objetivo mínimo deseable: adolescentescon una preparación intelectual elemental, socializados, básicamente armonizados y esencialmente felices.
¿Qué queremos decir cuando decimos con una “preparación intelectual elemental?”
Cuando hablamos de una preparación intelectual elemental, entendemos que el paso por la escuela general básica no puede limitarse a un mero relleno de información, sino que debe dotar a los jóvenes de las herramientas necesarias para poder instruirse, para saber acceder a la información que necesitan, entendiendo y comprendiendo la importancia de la actualización constante y que estar informados es la fuente de la verdadera libertad. Y no hablamos sólo del conocimientoacadémico, Creemos que la escuela debe también brindar los instrumentos necesarios que faciliten el conocimiento de uno mismo.
Cuando hablamos de adolescentes socializados, hablamos de jóvenes que puedan vivir en armonía con los otros. Que hayan hecho un paulatino proceso de descentralización que les permita ponerse en el lugar de los demás, aceptando y comprendiendo sus puntos de vista, pero manteniendo el suyo propio. Que puedan ser respetuosos de las diferencias, atentos a las necesidades de quienes los rodean, solidarios y permanentes defensores de laverdad y la justicia.
¿Qué queremos decir cuando decimos básicamente armonizados?
Cuando permitimos que lo que hacemos coincida con el sentir y el pensar, el resultado, es la armonía.
Para A. Maslow, la nueva filosofía humanista, genera una nueva concepción de educación y aprendizaje, su objetivo es, en última instancia, “la autorrealización de la persona”, el “logrode su plenitud humana”.
Nuestro objetivo entonces, es ayudar a la persona a ser lo mejor que pueda ser. Como lo dijimos anteriormente, cuando las personas nos podemos reconocer, cuando somos conscientes de nuestro eje vital, cuando nuestros pies nos sostienen a pesar de los sacudones… estamos muy cercanos a la armonía…
¿Qué queremos decir cuando decimos esencialmente felices?
Cuando decimos esencialmente felices, pensamos en jóvenes seguros de sí mismos, contentos con lo que son y agradecidos por lo que tienen. Confiados en que son capaces de generar cosas, no dependientes a personas o sustancias, alegres y libres para expresar sus pensamientos y sentimientos.
Mejorar la calidad de la educación requiere de la capacidad de la institución educativa paragenerar condiciones que articulen la estructura, administración y organización a los fines pedagógicos y a los requerimientos de su comunidad circundante.
Mejorar la calidad de la educación supone, también, conocer y coincidir con el perfil del jóven que esta institución va a formar. Si ese perfil tiene algo que ver con el jóven con una preparación intelectual elemental, socializado, básicamente armonizado y esencialmente feliz del que hablamos con anterioridad, es claro entonces que no podemos hablar de calidad educativa si no hablamos de una formación en valores sistemática, organizada y metódica.
Entendemos a la formación en valores como un plan sistemático que facilite las herramientas necesarias y promueva habilidades sociales que permitan aprender a convivir reconociéndose así mismos y a los otros como portadores dederechos y de responsabilidades y a hacer propia la importancia de la convivencia armónica como variable imprescindible para poder crecer, aprender, crear y disfrutar de la vida.
Apostamos a que la escuela puede convertirse en “una organización inteligente donde la gente pueda mejorar sus aptitudes para crear los resultados que desea, donde se cultivennuevos patrones de pensamiento al servicio dela mejora de la calidad de vida” (*)
Entendemos que el aprendizaje supone un decisivo y significativo tránsito mental.
“El verdadero aprendizaje llega al corazón de lo que significa ser humano. A través del aprendizaje nos recreamos a nosotros mismos.
A través del aprendizaje nos capacitamos para hacer algo que antes no podíamos. A través del aprendizaje podemos percibir nuevamente el mundo y nuestra relación con él. A través del aprendizaje ampliamos nuestra capacidad
para crear, para formar parte del proceso generativo de la vida.” (SENGE, Peter M “La Quinta Diciplina” Editorial Granica Bs. AS.)
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