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Hosp. CISB :Centro Integral de Salud Banda

Una problemática muy actual:

Uno de cada 88 chicos sufre algún trastorno autista, y en general aparece repentinamente cerca de los 2 años
07 de septiembre de 2012 18:28

Uno de cada 88 chicos sufre algún trastorno del espectro autista, que aparece repentinamente más o menos a los 2 años y se evidencia en muchos casos cuando el nene deja de hablar o de jugar.

El Gobierno bonaerense realizó hoy, en el Día Provincial del Autismo, una jornada para orientar y asistir a los familiares ya que la prevalencia de los Trastornos Generales del Desarrollo y del Espectro Autista es cada vez mayor.

Los últimos datos de los Centros de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos afirman que se detecta en 1 cada 88 chicos cuando hasta el año pasado se hablaba de 1 de cada 110.

Comprenden una serie de afecciones que tienen en común problemas de integración social, del lenguaje, conductas repetitivas e intereses restringidos.

Una de las curiosidades de estos trastornos es que muchas familias creen tener hijos completamente sanos y de repente, cuando están por cumplir los 2 años, se encuentran con cambios preocupantes: muchos dejan de hablar, comienzan a hacer movimientos reiterativos similares a un aleteo, no quieren relacionarse con otros niños ni con sus padres y no se conectan con el mundo sino que viven inmersos en el suyo.

Si durante los dos primeros años de vida un chico no señala lo que quiere, no mira lo que le señalan, no responde a su nombre y se muestra como ausente, los padres deben consultar al pediatra porque puede tratarse de un TGD o un trastorno del espectro autista, según advirtió la cartera de salud provincial en un comunicado.

"Estar atento y consultar es lo más importante para lograr una detección temprana que conduzca a intervenciones positivas para que el niño llegue a la adultez con una mejor calidad de vida", enfatizó el especialista Víctor Ruggieri, médico del Garrahan y uno de los disertantes de la jornada organizada por el ministerio de Salud de la Provincia.

Agregó que si bien las causas de estos trastornos siguen siendo tema de debate, hoy se sabe que al menos el 25 por ciento "responde a entidades médico neurológicas asociadas, identificables a nivel cerebral, y de ese 25 por ciento, la mitad se debe a alteraciones genéticas y metabólicas que deben ser tenidas en cuenta para el éxito del tratamiento".

Mirta Ferreira, una de las participantes del encuentro realizado en el partido de Tres de Febrero, vive en La Matanza y es la mamá de un nene de 5 años con Trastorno General del Desarrollo No Especificado.

"Mi hijo cambió de repente, era un bebé como cualquier otro, jugaba a la pelota, llamaba a los perros, se reía y nos hablaba. A los 2 años dejó de hacer todo eso, quedó como mudo, dejó de jugar y desde ese momento nos cambió la vida", contó la mujer.

A esto se sumó que el pequeño, de nombre Juan Pablo, se volvió hiperactivo y comenzó a tener comportamientos extraños y repetitivos: "Salta de la mesita al sillón miles de veces por día, abre la heladera a cada rato y sólo dice palabras sueltas sobre cosas que a él le interesan".

Carmen Aguirre, fundadora de la Asociación de Familiares de Niños con Síndrome de Asperger de Mar del Plata, recién se enteró del diagnóstico de su hija Milagros a los 8 años, cuando la cambió de escuela.

En los chicos con Asperger el desarrollo del lenguaje es llamativo por su riqueza y fluidez, también porque muchos hablan en castellano neutro al copiar las formas de los programas infantiles que les interesan.

En el caso de Milagros, la hija de Aguirre, el síndrome se puso en evidencia por su aislamiento en la escuela, lo que los padres interpretaban como una "profunda timidez". Al mismo tiempo sorprendía su memoria para retener datos, hablaba en neutro, no paraba de ordenar sus cosas siempre del mismo modo pero era torpe para realizar actividades sencillas como abrocharse un botón, cerrar un cierre o ponerse un pullover.  f:terra.com.ar 7/9/12

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