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Adolescencia, buen artículo para leer

Adolescencia, buen artículo para leer

0/01/2011 10:42 PM | En la edición de ayer se publicó la primera parte de un informe elaborado por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO) y el Banco Mundial denominado "Encuesta sobre las Condiciones Sociales de la Juventud" mediante el cual analizaron los principales factores de riesgo a los que se encuentra expuesta esta franja etaria y que delimita o bien influye en su desarrollo social en áreas tales como la educación, el mundo laboral, la salud, la conformación de la institución familiar y el nivel de participación y representación que poseen los jóvenes en los espacios que les confiere la política.
Precisamente, estos últimos tres aspectos serán caracterizados a continuación con el objeto de complementar el estudio que intenta dar cuenta de las consecuencias que acarrean en niños y adolescentes las distorsiones que se presentan a lo largo de su interacción con el ámbito en el que se encuentran inmersos y cuán elevado puede ser el grado de condicionamiento en su perspectiva de vida.

Tendencias de consumo juvenil

De acuerdo con lo descripto por el documento en cuestión, se destaca en materia de salud que las probabilidades de que un joven de 15 años muera antes de cumplir 60 años son mayores que las esperadas para un país con los ingresos que posee Argentina (90 muertes cada 1.000 mujeres y 176 muertes cada 1.000 hombres). Ante ello se exponen como causa del precoz deterioro en el progreso vital factores como la ingesta de drogas lícitas, pues el 60 por ciento de los adolescentes ha probado el tabaco y el 20 por ciento fuma habitualmente. Incluso más alarmante es que los jóvenes cada vez comienzan a fumar a una edad más temprana.
El abuso del alcohol constituye un problema para una proporción significativa de hombres jóvenes ya que cerca de un 19 por ciento bebe en exceso los fines de semana.
Si se focaliza en el consumo de estupefacientes ilícitos, la mayoría de los consumidores actuales lo hace esporádicamente (45 por ciento), el 10 por ciento lo hace mensualmente, el 26 por ciento semanalmente y el 19 por ciento consume a diario.
La marihuana es la droga preferida entre la juventud (casi el 90 por ciento de los consumidores actuales de drogas informó que consumía marihuana).
Además, los problemas de salud mental también son motivo de preocupación debido a que el 14,9 por ciento de los jóvenes padecen síntomas de depresión o ansiedad moderada, y los suicidios representan el 14,6 por ciento de las muertes de los jóvenes de entre 15-24 años.
A pesar de que la cobertura médica es un factor clave para la implementación eficaz de estrategias de control y prevención, sólo el 54,8 por ciento de los jóvenes cuentan con este tipo de asistencia sanitaria.
En lo que refiere al desenvolvimiento en la convivencia cotidiana, uno de los tópicos más importantes se relaciona con la responsabilidad al momento de conducir algún tipo de vehículos (en especial las motos), aquí puede mencionarse que las lesiones como consecuencia de accidentes de tránsito constituyen una de las principales causas de muerte entre la población joven. El índice de mortalidad cada 100.000 personas debido a accidentes de tránsito asciende a 15,03 para los hombres y 4,07 para las mujeres.

Padres precoces

Una de las instancias que facilita la acumulación del capital humano y establece posibles logros de productividad responde a la preparación adecuada de los jóvenes al momento de formar una familia, teniendo en cuenta que de ello resulta una posible disminución de la fecundidad y dependencia. Si se toma en consideración ese planteamiento, vale decir que el embarazo temprano puede significar una amenaza no sólo para la salud del hijo sino para la relación parental, ya que se argumenta en la investigación que los hijos de padres jóvenes tienen más probabilidades de tener problemas con el desarrollo cognoscitivo y los logros académicos.
Más del 25 por ciento de las madres jóvenes encuestadas tuvo más de un hijo durante la adolescencia y casi el 8 por ciento de las madres de entre 18 y 19 años tuvo tres o más hijos.
Todo recae nuevamente en un estilo definido e interiorizado de la educación recibida debido a que las probabilidades de iniciación sexual para las mujeres jóvenes que no concurren a la escuela son 2,6 veces mayores que las de las mujeres que sí asisten. Gráficamente, una de cada seis madres argentinas da a luz entre los 15 y los 19 años de edad, y la fecundidad adolescente es aún mayor en algunas provincias. Por ejemplo, el índice en Chaco es superior a los 100 nacimientos cada 1.000 personas, valor comparable con los niveles de África.
Otro de los datos a tener en cuenta, mencionan que el porcentaje de embarazos repetidos entre las mujeres menores de 20 años fue del 22 por ciento en general, mientras que la edad promedio de iniciación sexual es aproximadamente a los 15,5 años para los hombres y a los 16,2 años para las mujeres.
Tal vez, una de las preocupaciones más graves con respecto a la salud de los jóvenes surge de los bajos niveles en el uso sistemático del condón: de la juventud sexualmente activa, el 20 por ciento de los que pertenecen a clases sociales menos privilegiadas informaron que nunca han utilizado anticonceptivos. Una de las consecuencias por la falta de prevención y conciencia se proyecta en el contagio de enfermedades de transmisión sexual, por lo que se calcula que alrededor de 120.000 argentinos viven con VIH/SIDA, y que la mayoría contrajo la enfermedad cuando eran adolescentes o jóvenes adultos.

Representación vacante

Al momento de ingresar al análisis en cuyo eje se posicionan las instancias atinentes a los parámetros de ciudadanía y participación, uno de los puntos clave señalados alude que para consolidar el desarrollo de sistemas políticos estables y buena gobernabilidad, es la capacidad del Estado la que debe orientarse a lograr la participación de la juventud para facilitar su transformación en ciudadanos mediante la socialización política y la educación.
Sin embargo, se consigna que los jóvenes "a menudo caen en las grietas de la política pública y se les niega la participación en los procesos de toma de decisiones. Además, con frecuencia se desestima a los jóvenes, ya sea porque se los considera fuentes potenciales de riesgo social o demasiado idealistas para realizar aportes significativos para la política y el cambio social. El bajo nivel de participación puede traer como consecuencia la privación del derecho a votar, la inestabilidad social y la disminución del capital social".
La situación descripta permite señalar que en Argentina, los jóvenes pobres no están representados de manera adecuada en las instituciones civiles y políticas. Si bien los partidos políticos cuentan con ramas juveniles, ellas representan principalmente a los jóvenes de clase media. Sólo el 28,4 por ciento de los jóvenes de entre 18 y 24 años participa en organizaciones, en comparación con el 32,7 por ciento registrado en mayores de 24 años.
Los hombres jóvenes tienen más probabilidades de participar si asisten a instituciones educativas y son solteros; la mujeres jóvenes, si son solteras y mayores. El nivel de confianza que tienen los jóvenes en la mayoría de las instituciones parece bajo, sólo los estamentos educativos y religiosos inspiran confianza.
Como consecuencia de ello, algunos de los sectores donde la juventud encuentra cierto tipo de refugio institucional resultan ser los movimientos sociales, especialmente las ramas piqueteras o las asambleas vecinales populares. "Lo atractivo de esos movimientos, especialmente para la juventud marginada, ha sido su capacidad de organizar grupos en torno a la exclusión social, creando una identidad que va más allá de su falta de representación formal y canaliza su descontento", argumenta el informe. Esa perspectiva resultó muy atractiva para los grupos juveniles (de estudiantes, vecindarios, artistas callejeros, centros culturales, organizaciones de derechos humanos), que encontraron una forma de actuar y generar nuevas áreas de emancipación.
Más allá de la construcción de estos espacios alternativos de identificación, la carencia de entidades de legitimación ciudadana "puede desembocar en la indiferencia política o el desaliento, que pueden traducirse en que los jóvenes se sienten incapaces de influir en la formulación de políticas y de reclamar al gobierno que se satisfagan sus necesidades básicas", alude el documento.

F.elsigloweb.com 22/5/11

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