Ejercicio y Corazón
EJERCICIO Y CORAZÓN. El ejercicio favorece la longevidad, disminuye el riesgo de algunos tumores malignos, retarda el inicio de la demencia senil e incluso se lo considera un antidepresivo.
El ejercicio moderado proporciona beneficios innegables. Las personas que hacen ejercicio regularmente tienen menor riesgo de enfermedad coronaria y de infarto de miocardio. Los deportistas efectúan mucha más actividad física que lo recomendado. La adaptación cardiovascular para generar un aumento grande y sostenido del gasto cardíaco durante el ejercicio prolongado incluye el aumento del 10 – 20% de las dimensiones cardíacas.
El ejercicio intenso puede desencadenar infrecuentemente muerte súbita cardíaca en un deportista que sufre una cardiopatía asintomática. Han surgido datos que indican que el ejercicio vigoroso de larga data se puede asociar con remodelado eléctrico y estructural adverso en corazones por lo demás normales.
En la época actual de deportistas célebres y contratos lucrativos, varios deportistas sucumbieron al empleo de sustancias que mejoran el rendimiento, pero son perjudiciales para la salud cardíaca. Estos son los temas que examina este artículo, que se pueden clasificar en lo bueno, lo malo y lo feo de la cardiología del deporte.
EL EFECTO BENEFICIOSO DEL EJERCICIO
El ejercicio físico (EF) ayuda a controlar la presión arterial, mejora el lipidograma y aumenta la sensibilidad a la insulina. Además se asocia con la reducción significativa de episodios cardíacos en la mediana edad.
La importancia del EF fue destacada por primera vez por Morris et al, quienes observaron que los carteros tenían un 50% menos de episodios cardiovasculares que los conductores de ómnibus y los empleados de correo. Este dato fue más tarde corroborado por estudios epidemiológicos.
La cantidad de ejercicio necesaria para lograr este beneficio es relativamente modesta, ya que bastan 2 horas de ejercicio semanales con 6 a 10 METS (metabolic equivalent of tasks) de intensidad, divididas en 3 veces. Algunos ejemplos serían una caminata rápida, un trote suave o el ciclismo a 15 – 20 km/h.
El EF es esencial para la rehabilitación cardíaca. La revisión sistemática y el metanálisis de 34 estudios aleatorizados que evaluaron la eficacia de la rehabilitación cardíaca basada sobre el ejercicio tras un infarto de miocardio demostró menor riesgo de un nuevo infarto, de mortalidad cardíaca y de mortalidad por todas las causas en pacientes aleatorizados a rehabilitación cardíaca basada en el ejercicio.
Además de los beneficios cardiovasculares, el ejercicio reduce el riesgo de cáncer de próstata y de mama, previene la osteoporosis y retarda la aparición de demencia senil. También aumenta el vigor, favorece la confianza en sí mismo y muchos lo consideran un antidepresivo. Las personas que realizan EF regularmente tienen como mínimo 3 años más de vida que las personas sedentarias. Indudablemente el EF se puede considerar la indicación médica más eficaz, más económica y más accesible.
*Artículo completo exclusivo para profesionales registrados en IntraMed: http://www.intramed.net/86686
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