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Hosp. CISB :Centro Integral de Salud Banda

"Huellas"


La huella
Sergio Sinay

 
 
Nos la desearán, la desearemos para otros y para nosotros. Será, acaso, la palabra más invocada en estos días. Felicidad. Felices fiestas. Felicidades. ¿Alcanza con desearla para sentirla? ¿Es producto de la voluntad? ¿Es un derecho a reclamar? ¿Tenemos el deber de ser felices? ¿Es nuestra meta en la vida? Desde mi punto de vista todas estas creencias generan mucha insatisfacción, desencanto, frustración e infelicidad. Si fuera un derecho, ¿a quién reclamarlo? Si fuera un deber, ¿quién nos sancionará al no cumplirlo? Si fuera una meta, ¿no nos haría dejar de lado cosas puntuales y valiosas de la vida? Creo que la felicidad es, simplemente, la consecuencia de un modo de vivir, de una manera de honrar los valores humanos esenciales, de una forma de vincularnos con los otros respetando su diversidad. Es el fruto de una manera de andar por el mundo. Tomada como fin puede ser fácilmente confundida con el placer o con sensaciones epidérmicas. El placer es un dato del cuerpo, la felicidad es un estado del alma. No la trae Papá Noel en su trineo ni la llevan los Reyes Magos en sus camellos. No está en una copa de alcohol, en un porro, en un psicofármaco, en el coche nuevo, en el blackberry, ni en el bisturí de un cirujano plástico. No se consigue con dinero, ni con manipulaciones afectivas. No es un efluvio del poder.

La felicidad es una huella. La huella que van dejando nuestros pasos por la vida. Según hacia dónde caminemos, con qué propósito y por qué caminos, ella irá apareciendo para dar testimonio de nuestro modo de vivir y convivir. Inútil buscarla a toda costa, entonces. Inútil reclamarla. Inútil pretender regalarla o hacer tareas con el fin de recibirla como premio. Se trata de vivir una vida elegida, responsable, empática, agradecida, moral. Y allí habrá una huella. 



    ­­­­­­­­POR NUESTRAS HUELLAS...SALUD!!!!

Enviado por el Prof. Sergio Moya.

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