Un caso..puede servir para muchos otros.
Un bebé de diez meses, con un tumor ocular, evitó perder su visión gracias al equipo médico del Hospital Garrahan. El menor fue diagnosticado cuando tenía cuatro meses y se convirtió en el primer bebé latinoamericano en recibir el tratamiento.
Luciano Morel Penco viajó desde Concordia junto a sus padres, Iván y Vanesa, para instalarse en la Capital y recibir sus sesiones de quimioterapia superselectiva en la arteria oftálmica. Al llegar, los médicos le transmitieron a la joven pareja de 25 años que el ojo izquierdo de su hijo ya había perdido toda visión por el tumor aunque todavía quedaban esperanzas para el derecho.
"Cuando me dijeron en Concordia que era un tumor no sabía que existía algo así. Luego de controles y la tomografía, nos dijeron que el ojito izquierdo no se salvaba y que con el otro iría a quimioterapia endovenosa. Propusieron 6 ciclos. Pero a la quinta dijeron que el tumor se estaba reactivando y que existía esta posibilidad, que en los Estados Unidos funcionaba. Y aceptamos”, recuerda la madre del bebé al diario La Nación.
El cuadro del bebe era imposible de prever, según Guillermo Chantada, pediatra oncohematólogo del Hospital. La génesis del problema puede ser obra de una mutación genética y la relación es de un afectado entre 17 mil chicos.
“Los hijos de Luciano tendrán hasta un 50 por ciento de riesgo de padecer la enfermedad. Si hay antecedentes familiares, la consulta oftalmológica debe ser apenas nacidos o aun dentro del útero. Una ecografía puede detectar calcificaciones en el ojo o un examen genético la mutación familiar”, resalta Adriana Fandiño, médica principal de Oftalmología del Garrahan.
Luciano Morel Penco viajó desde Concordia junto a sus padres, Iván y Vanesa, para instalarse en la Capital y recibir sus sesiones de quimioterapia superselectiva en la arteria oftálmica. Al llegar, los médicos le transmitieron a la joven pareja de 25 años que el ojo izquierdo de su hijo ya había perdido toda visión por el tumor aunque todavía quedaban esperanzas para el derecho.
"Cuando me dijeron en Concordia que era un tumor no sabía que existía algo así. Luego de controles y la tomografía, nos dijeron que el ojito izquierdo no se salvaba y que con el otro iría a quimioterapia endovenosa. Propusieron 6 ciclos. Pero a la quinta dijeron que el tumor se estaba reactivando y que existía esta posibilidad, que en los Estados Unidos funcionaba. Y aceptamos”, recuerda la madre del bebé al diario La Nación.
El cuadro del bebe era imposible de prever, según Guillermo Chantada, pediatra oncohematólogo del Hospital. La génesis del problema puede ser obra de una mutación genética y la relación es de un afectado entre 17 mil chicos.
“Los hijos de Luciano tendrán hasta un 50 por ciento de riesgo de padecer la enfermedad. Si hay antecedentes familiares, la consulta oftalmológica debe ser apenas nacidos o aun dentro del útero. Una ecografía puede detectar calcificaciones en el ojo o un examen genético la mutación familiar”, resalta Adriana Fandiño, médica principal de Oftalmología del Garrahan.
9 de Agosto de 2010 08:54LaNaciononline
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ELVIO TADDEI -