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Hosp. CISB :Centro Integral de Salud Banda

Movimientos....

Ni tics, ni temblores... son estereotipias

20/09/2014

¿Qué son las estereotipias?

Las estereotipias se engloban dentro de los trastornos del movimiento hipercinéticos, es decir, por exceso de movimiento, que incluyen: tics, temblor, mioclonus, atetosis, corea, distonía y estereotipias. 

Actualmente se define la estereotipia como movimientos repetitivos, semiinvoluntarios, rítmicos (aunque no siempre), coordinados, no propositivos (que no se realizan con un fin), estereotipados (que se repiten siempre de forma idéntica), suprimibles con la distracción o con la iniciación de otra actividad, que no impiden la realización de una actividad motora pero que, en ocasiones, pueden interferir con las actividades normales si son muy frecuentes o resultar lesivos para el individuo (en casos graves asociados a otros déficits neurológicos).

¿Cuándo suelen aparecer las estereotipias?

Suelen iniciarse antes de los 3 años de edad, ser bilaterales y afectar a las extremidades superiores. Tienen un inicio y un fin bien definidos, aunque su duración es variable. Suelen exacerbarse o inducirse por el sueño, el estrés, la concentración, la fatiga, el aislamiento sensorial, el aburrimiento o la ansiedad. Normalmente se asocian con situaciones positivas o placenteras para el niño.

Se estima que entre el 3 % y el 9 % de los niños de entre 5 y 8 años presentan estereotipias primarias. Asimismo, se calcula que entre un 40 % y un 45% de los niños con autismo presentan al menos un tipo de estereotipia. 

¿Con qué se pueden confundir las estereotipias?

Las estereotipias se pueden confundir con otros trastornos del movimiento hipercinéticos (especialmente con los tics complejos), como compulsiones, crisis epilépticas, con automatismos o con movimientos como asentimiento o cabeceo (head nodding) o secundarios por enfermedad neurológica.

Para poder diferencias las estereotipias podemos tener en cuenta varias características: 

  • Inicio precoz (en menores de 3 años, los tics aparecen más tardíamente, a los 6-7 años)
  • No aparecen en sueño
  • El individuo no es consciente del movimiento de la estereotipia
  • Los movimientos siguen un patrón fijo, siempre son iguales (a distinción de los tics motores complejos, cuyo patrón es errático y van variando con el tiempo)
  • Predominio en extremidades superiores, pero también pueden afectar a las inferiores y al resto del cuerpo (los tics predominan más en la cabeza y extremidades superiores, o tronco)
  • Ritmicidad (a distinción de los tics)
  • Suprimibles con la distracción (a distinción de las crisis epilépticas y otros trastornos del movimiento hipercinéticos, además los tics son menos suprimibles que las estereotipias)
  • Mayor duración que los tics
  • No asocian alteración del nivel de conciencia
  • Ausencia de sensación anormal premonitoria o urgencia en su realización (diferencia con tics o compulsiones)
  • Pueden ser placenteras para el individuo (a distinción de las compulsiones o los tics)
  • Al suprimirse no generan ansiedad en el niño

¿Cómo se clasifican las estereotipias?

Las estereotipias pueden ser: 
  • Motoras (movimientos) ó fónicas (emisión de sonidos o vocalizaciones); 
  • Simples (movimientos simples y únicos, sonidos guturales) o complejas (movimientos más complejos, coordinados, implican más de una acción, vocalizaciones);
  • Primarias o secundarias. 

Patrones más característicos de estereotipias:

  • Cara: movimientos de lengua o labios, apertura de boca, mueca, chupeteo, chupar objetos, aspirar, fruncir los labios, estirar los labios, resoplido, bruxismo, mordisquear, apretar la mandíbula, abrir los ojos…
  • Cabeza y cuello: Agitar la cabeza, head nodding (en afirmación, negación o tipo infinito), head tilting (inclinación de cabeza), agitación de hombros o cabeza, head banging (golpeteo con la cabeza), estiramiento de cuello, enroscarse el pelo en los dedos, tirones de pelo, extensión de cuello…
  • Tronco: giro, body rocking (balanceo del cuerpo), flexionar la espalda, giro del cuerpo hacia los lados…
  • Hombros: elevar y bajar los hombros, arquear la espalda…
  • Miembros superiores: aleteo de manos, cruzar los brazos sobre el pecho, palmeo, agitar las manos, movimientos ondulantes de las manos, retorcer las manos o los dedos, chuparse el pulgar, señalar, morderse o chuparse las manos o los dedos, arañarse las manos, agitar las manos enfrente de la cara, poner las manos enfrente de la cara y mirarlas, pellizcar la piel, enroscar la ropa con los dedos, picar/ repiquetear (golpear) en objetos, en la pared…
  • Manos con objetos: agitar un objeto, golpear un objeto, estrujar un objeto, golpear superficies con lápices u otros objetos, acariciar o frotar repetitivamente objetos…
  • Miembros inferiores: Golpear con los pies en el suelo, golpear un pie con el otro, caminar de puntillas, caminar de talones, saltar, correr, correr en círculos, posturas rígidas de las piernas, dar patadas, sentarse y levantarse…
  • Autodirigidas: Cubrirse las orejas, olisquear, frotarse los ojos, golpearse o tocarse el cuello, tocarse los genitales, automutilación, frotarse contra la superficie de un objeto…
  • Visuales: bizquear, mirar detenidamente a un objeto que se sostiene en las manos, sostener un objeto en frente de la cara y dirigir la mirada hacia un objeto lejos en el campo de visión…
  • Fónicas: Vocalizaciones (frases o palabras), risa inmotivada…
Las estereotipias se pueden dividir en dos categorías: primarias y secundarias, según afecten a niños sanos o a niños con trastornos del neurodesarrollo/autismo o retraso psicomotor/mental. 
 
Las estereotipias primarias tienen mejor pronóstico y tienden a desaparecer con el tiempo, mientras que las secundarias tienden a persistir. 

Diagnóstico de las estereotipias:

El diagnóstico es siempre clínico y no son necesarias pruebas complementarias salvo que se sospeche otra patología distinta de las estereotipias: vídeo-EEG para hacer el diagnóstico diferencial con epilepsia, resonancia magnética cerebral en estereotipias tipo head nodding, etc.
 
Pueden ayudarnos para el diagnóstico:
  • Observación directa
  • Análisis de vídeos caseros
  • Uso de cuestionarios estandarizados validados

¿Cómo se tratan las estereotipias? 

En la mayor parte de los casos no requieren tratamiento y lo más importante será explicar a la familia la benignidad del cuadro. Incluso tratándose de estereotipias secundarias, las estereotipias (a no ser que se traten de conductas autolesivas) no perjudican o deterioran el estado general o el desarrollo del niño, y el mayor problema lo producen a nivel de funcionamiento/aceptación social. Es además importante señalar que el abordaje farmacológico o conductual de las estereotipias secundarias muchas veces es difícil e infructuoso, no obstante, en casos seleccionados se puede intentar.
 
La decisión de tratar las estereotipias de un niño dependerá de la gravedad clínica, repercusión psicosocial y repercusión en el rendimiento académico en el caso de las estereotipias primarias; y en el caso de las estereotipias secundarias dependerá de la repercusión en la dinámica socio-familiar y de que impliquen conductas autolesivas para el niño (por ejemplo estereotipias de hiperventilación en las niñas con síndrome de Rett que pueden desencadenar crisis, automutilaciones…)
 
El tratamiento puede ser de dos tipos: 
  • Tratamiento conductual: Es el más empleado y el que ha demostrado una mayor eficacia. En general se basa en potenciar otros movimientos adaptativos que sustituyan a las estereotipias; y en el caso de los niños con estereotipias primarias, el habit reversal se basa en el auto-reconocimiento por parte del niño, que posteriormente aprende a inhibir la estereotipia.
  • Tratamiento farmacológico: Es en general menos efectivo que el tratamiento conductual, pero puede emplearse en casos seleccionados de forma coadyuvante. Especialmente se empleará en aquéllos casos en que haya autolesión o repercusión psicosocial.
 
Referencia bibliográfica:
Texto adaptado y supervisado del Protocolo de Estereotipias en la infancia de las Dras. Andrea Sariego Jamardo y Belén Pérez Dueñas. Servicio de Neuropediatría. Hospital Sant Joan de Déu, Barcelona. 2014
 

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